domingo, 19 de marzo de 2017

Mi experiencia en el Centro de Operaciones de la ESA



Hola a todos, una vez más, tras mucho tiempo sin escribir nada aquí. Y esta vez lo hago debido a un gran acontecimiento que he vivido hace poco.

Empiezo, por el principio.

Hará cosa de 2 meses vi un aviso por las redes sociales que sigo, en este caso de la Agencia Espacial Europea (ESA), de que iban a realizar un evento para gente que, como yo, le gusta divulgar la ciencia y la tecnología. Se trataba de asistir al ESOC (European Space Operation Center), el centro europeo de operaciones espaciales, que es una de las sedes más importanes de la ESA.

El evento, dirigido a "social media", consistía en asistir a este centro durante la noche del lanzamiento de un satélite que despegaría esa noche desde Kourou, en la Guayana Francesa. El satélite se llama Sentinel-2B y es el segundo de la serie Sentinel-2. Es un satélite que lleva una serie de cámaras que van a monitorizar, junto con el Sentinel-2A, toda la Tierra, completando toda la superficie cada 5 días, con una resolución máxima de 10m cada pixel. Las imágenes son obtenidas en 13 bandas del espectro, incluyendo los 3 colores del visible (Rojo, Verde y Azul), y otras bandas en el infrarrojo cercano.

Recreación artística del satélite. ©ESA2012
Entonces, bueno, cuando yo vi la noticia, pensé que estas son las típicas cosas imposibles, esas que nunca se sabe a quién le tocan, así que me dije: ¿para qué echar la solicitud?, pero luego pensé: "Si no la echo, SEGURO que no me toca". Así que lo hice, porque echarla es gratis. Lo que no era gratis era el vuelo y el alojamiento, pero bueno, como de todas formas no me iba a tocar 😜...

Al cabo de una semana, estando una tarde en el sótano de la facultad de informática, en la asociación de software libre de la Universidad de Sevilla de la que formo parte (SUGUS), me llega un correo diciéndome que he sido seleccionado para ir a Darmstadt (dónde está el ESOC) a participar en el evento #Sentinel2Go, que es el hashtag del evento. Yo, simplemente, no me lo creía. Al mirar un poco más me fui convenciendo de que sí, de que, afortunado de mí, me habían concedido ese inmenso privilegio.

Pensé por algún momento rechazarlo, al ver que los vuelos a Frankfurt eran caros y complicados; no hay un Ryanair directo. Pero al final me convencí de que no, que no podía dejar escapar una oportunidad como ésta, que me arrepentiría desde el segundo 2. Así que tras un rato de buscar y coordinar vuelos encontré una opción aceptable. El lanzamiento era durante la noche del 6 al 7 de Marzo (Lunes y Martes), así que volé el domingo para dormir allí las noches de Domingo y Lunes, y volar de vuelta el martes.

Poco a poco fui conociendo, por Facebook, a todos los otros afortunados, desconocidos antes, amigos muchos de ellos ahora. De todas las nacionalidades, franceses, ingleses, italianos, griegos, polacos, lituanos, españoles, holandeses, americanos, venezolanos, australianos... vamos en total unos 25 países. Todo tipo de perfiles. Estudiantes, trabajadores relacionados con el espacio, otros simplemente muy frikis del espacio, de todo... pero sabía que con todos ellos podría tener una conversación  muy interesante.

Por fin, tras un mes de ir haciéndome a la idea de que iba a ser real, llegó el día de viajar hacia Darmstadt (una ciudad mediana cerca de Frankfurt). Por otra parte, iba a ser la primera vez que viajaba yo, completamente sólo y por mi cuenta, a un país extranjero. Y eso me hacía mucha ilusión y me ponía algo nervioso, pero sabía que podría sobrevivir. Sobre todo tenía mucha ilusión, y muchas ganas de estar allí ya y de que durara mucho, ganas de aprovechar al máximo cada momento.

Llegué a Darmstadt el domingo a eso de las 19h y Darmstadt me recibió con una suave lluvia y unos 10ºC. Por la noche conseguí quedar con el grupo de unos 15 compañeros que ya estaban allí también, para tomar unas cervezas artesanales alemanas en el Darmstädter Ratskeller Hausbrauerei. Una muy buena bienvenida a Alemania.

Al día siguiente, por la mañana estuvimos "cachareando" con unos circuitos que montaba una de las compañeras. A las 14h, después de comer una buena salchicha Frankfurt, entramos los de mi grupo C, al ESOC. En total seríamos unos 80 o 90 "social media" repartidos en 4 grupos de unos 20.

La primera parte de la tarde consistió en una visita por las instalaciones del ESOC, dónde uno de los trabajadores de allí nos iba llevando por los diferentes edificios y oficinas para que expertos de cada sala nos explicaran su trabajo y les pudiéramos preguntar alguna cosa.


Earth Observation Room
Earth Observation Control Room (sala de control de las misiones que observan la Tierra). Foto: Anne Grudzien.
Desde el ESOC se controlan todas o casi todas las misiones que la ESA mantiene actualmente. Esta visita es, quizás, lo que más me haya gustado del viaje. Fue un enorme privilegio entrar en las oficinas de algo tan importante y tan increíble para mí. En cada una de las salas había gente trabajando y otros que dejaban de trabajar para atender las preguntas que, nosotros, simples mortales, les queríamos hacer. Comprobé, con muchísimo gusto, que usan un entorno Linux (como no podía ser de otra forma) en todas sus estaciones de trabajo y servidores. Pregunté todo lo que pude, y flipé con estar en el lugar donde se controlan las misiones que llevo años siguiendo y compartiendo con mis conocidos. Y en breve caerán artículos más concretos sobre cada una de ellas:
  • Gaia:     haciendo un mapa galáctico, a lo Star Wars.
  • Rossetta:     aterrizando en un cometa
  • ExoMars:     buscando indicios de vida en Marte
  • XMM-Newton:     un telescopio de rayos X para escudriñar el universo
  • LISA Pathfinder:     probando un laboratorio de ondas gravitacionales en el espacio.
  • Galileo:     el GPS de europa
  • Cluster:     estudiando el campo magnético terrestre
  • Solar Orbiter:     acercándonos a nuestro Sol
  • Copernicus:     estudiando la Tierra, sus océanos y la atmósfera (aquí entran las misiones Sentinel)

Por supuesto, las que a mi más me gustan son las que ellos llaman, de astronomía e interplanetarias, que son las que observan el universo o exploran los planetas y asteroides cercanos. (Cercanos, porque de momento, salir del sistema solar es impensable, estamos muy solos en el Universo, o no).

Bueno, pues tras la visita exprés, porque eramos muchos y todos debíamos pasar por todas las salas, a las 19h nos llevaron a cenar a un restaurante (Braustub’l) al lado de la estación de Darmstadt. Un buen sitio para comer mucho y muy buena comida alemana y cerveza alemana. Más salchichas, Apfelwein (una especie de sidra de manzana), Handkäs' mit Musik (queso con musica), Weizenbier (cerveza de trigo de la que me gusta a mi), un trozo de carne muy bueno, y algún filete que parecía empanado. No pudimos acabarnos todo. Buenas risas y un rato para conocer a más gente interesante.

En torno a las 21h volvimos al ESOC. Allí hubo alguna presentación más explicando el proceso del despegue de esa noche, y un rato para hablar entre nosotros y preguntar cosas a los que habíamos conocido durante la visita, pero no habíamos podido preguntar más cosas por falta de tiempo.

Sala donde se realizó la primera parte del evento #Sentinel2Go y las presentaciones

A eso de las 12:30 de la noche nos mudamos a otra sala, mucho más grande, desde dónde seguiríamos en directo el despegue, unas 2h más tarde, del cohete Vega desde la Guayana Francesa. Allí estaba todo el mundo, trabajadores del ESOC, social media invitados y los que trabajan en la ESA. Conocí personalmente a los que gestionan el Twitter, Instagram, Facebook, y la página en español de la ESA, con los que compartí muchas conversaciones.

También hablamos mucho rato los 4 representantes españoles sobre la divulgación y la educación de la ciencia entre los niños y jóvenes. Otro rato estuve hablando con el italiano Marco Zambianchi, uno de los encargados del proyecto Gaia, uno de los que más me fascina, y me contó muchas cosas que ya comentaré en otra ocasión.

Con todo eso, la hora del despegue, las 2:49 CET (Central European Time), llegó sin ningún tipo de sueño ni cansancio. La tensión se respiraba entre todos nosotros, formando parte del equipo. Las redes empezaban a calentarse, a pesar de ser tan tarde.



Dix, neuf, huit, sept, six, cinq, quatre, trois, deux, initié, allumage P80 et décollage.

La sala se invadió de un rugido grave de 80 toneladas de combustible sólido a base de aluminio quemándose a razón de 730kg cada segundo, ejerciendo una fuerza de unas 220 toneladas, para levantar un cohete "Vega" de unas 137 toneladas, acelerándose a unos 7m/s^2 (casi tan rápido como lo hace nuestra gravedad hacia abajo, pero hacia arriba), o sea, que salió realmente rápido.

A los 109 segundos, se separa la primera parte, esa de las 80 toneladas.

Y continua la segunda etapa (Zefiro 23), que dura 77s.

Tras ella, una tercera etapa (Zefiro 9), durante 120s.

Y por último una etapa de combustible líquido (AVUM) que se encendió y apagó varias veces para alcanzar la órbita que querían, una órbita polar a 700km de altura sobre la Tierra y que mantenga siempre el mismo angulo con respecto al Sol (síncrona al Sol). Todo esto sin poder hacer NADA desde el control de tierra, todos los comandos están pre-programados. Tan solo podíamos esperar que todo fuera correctamente.

Una vez conseguida la órbita, a las 3:48 AM confirmábamos la separación del satélite del resto de la última etapa del cohete.

A las 3:56 se establecía la comunicación con el satélite, uno de los momentos más importantes, porque si no puedes, ni siquiera comunicarte con el satélite, es que algo, quizás, ha ido muy mal y puede que hayamos conseguido poner una bonita piedra en órbita.

A las 4:08 esperábamos otros dos hitos importantísimos, el despliegue de los paneles solares para poder tener energía propia, y el momento de repartir la tarta para nuestra propia energía, aquí en la Tierra.


Finalmente, a las 4:14 nos llegaba la confirmación de que los paneles se habían desplegado correctamente y nuestro Sentinel-2B podría vivir sólo por al menos los 7 años que han previsto.

Lo siguiente fue brindar, tomar un poco de tarta y una cerveza, sí, a las 4 y pico de la madrugada, cuando el sueño empezaba a avisar.

A eso de las 5 y pico me fui a intentar dormir un poco antes de coger el vuelo a las 13:25 de ese mismo martes.

Y con esto acabó mi intensa, corta e increíble visita al Centro de Operaciones de la ESA. Me quedo con todo lo bueno que vi y aprendí allí, con el privilegio de entrar dónde pocos están autorizados, pero sobre todo con muchos nuevos amigos, con los que espero mantener el contacto y apuntarnos a la siguiente quedada.

Muchas gracias a todo el equipo de la ESA por darnos esta magnífica oportunidad, por la buena organización del evento, y por supuesto por el éxito de una nueva misión. La exploración espacial está viva y se acercan tiempos de grandes avances que estoy deseando vivir y aportar algo si puedo.

De verdad, gracias!